Francia es uno de los países más interesantes y románticos de Europa. Un entorno idílico, donde sus bellas vistas, su ambiente y el entorno que lo rodea, hacen de este país uno de los destinos turísticos más solicitados por los turistas y enamorados. Disfrutar de sus esplendidas vistas, sus paisajes, su gastronomía y su magia es un hecho, pero existen más factores que hacen de Francia un país tan especial. Hoy os traemos los pueblos más bonitos de Francia, otro de los aspectos más destacados del país.
Cordes-sur-Ciel: Envuelto por la magia y el misterio de su niebla
Francia es uno de los países que más belleza posee. Zonas atractivas, preciosas y mágicas, con millones de rincones especiales, interesantes y enigmáticos. En la región Midi-Pirineos, dentro del departamento de Tarn, se encuentra uno de estos lugares: Cordes-sur-Ciel, uno de los pueblos más bonitos de Francia.
Envuelto por una mística niebla, que da la sensación de magia y misterio, Cordes sur Ciel es uno de esos pueblos que son reclamo turístico y que siempre está repleto de gente. Este pueblo se encuentra en lo alto de una loma y es necesario subir la misma a pie para poder acceder, pero el esfuerzo merecerá la pena totalmente.
Sus estrechas calles forman un laberinto en el cual, si no andas con cuidado, te puedes perder. Su villa medieval está repleta de rincones que visitar, numerosas tiendas de artículos tradicionales y artesanales que te podrás llevar como recuerdo de esta magnifica zona. Su mercado semanal es otro de sus grandes atractivos, además de su mercado nocturno veraniego, donde se comercia con productos artesanos, bolsos, pinturas e incluso joyas.
La Roque-Gageac: Uno de los pueblos más bonitos de Francia
Con la protección de un peligroso acantilado se encuentra este pueblo francés, que se refleja en las aguas del río Dordoña. Es uno de los pueblos más bonitos de Francia y no se dice aquí, ya que es una de las 156 comarcas que poseen el galardón de Les plus beaux villages de France, o lo que es lo mismo, los pueblos más bellos de Francia, debido a su rico patrimonio y su belleza.
Se trata de un pueblo habitado desde la prehistoria, por lo que sus cuevas y cavernas son uno de sus mayores atractivos, además de sus muestras de arte rupestre. Otro de sus grandes atractivos es una actividad consistente en realizar un crucero por el Dordoña y apreciar la belleza de sus aguas y sus paisajes. No olvides pasear por sus callejuelas, contemplar sus tradicionales casas y sus palacios de piedra, pues es una experiencia totalmente increíble.
Beynac-et-Cazenac: Pueblo histórico y bello que te enamorará
Continuando por el Dordoña, nos encontramos ahora con Beynac-et-Cazenac, un pueblo cuyo origen se encuentra en la Edad de Bronce, pero no comenzó a crecer como pueblo hasta la Edad Media.
Recorriendo sus largas y empinadas calles, llegamos a su castillo, situado en lo alto de un acantilado y de muy bella factura. Por el camino nos encontraremos sus preciosas casas, generalmente de piedra, donde flores y todo tipo de vegetación florece, formando una estampa propia de uno de los pueblos más bonitos de Francia.
Un pueblo hogareño, caluroso y con gente muy amable, que te harán sentir cómodo, como si estuvieras en tu propia casa, en un ambiente de lujo del que seguro no querrás marcharte tan rápido.
Conques: Bella etapa del Camino de Santiago Francés
Situado en la ladera de una montaña, esta sucesión de casas con detalles en madera, humeantes chimeneas y tejados en pizarra, es sin duda, uno de los lugares más bellos de Francia.
Conques se sitúa en el centro del valle de Lot, que es una de las numerosas etapas del Camino de Santiago Francés, justo antes de llegar a Roncesvalles. Este pueblo, que podría aparecer en cualquier cuento o historieta, respira aire medieval por los cuatro costados, lo que hace que tenga una magia y encanto especial.
Este pueblo encuentra en su Abadía el punto de mayor interés. Un lugar magnífico, de una belleza especial, que te hará viajas a épocas pasadas y disfrutar de todo su encanto, que lo convierte en uno de los pueblos más bonitos de Francia.
Rochefort-en-Terre: Color y alegría en este pueblo francés
A escasos 35 kilometros de Vannes, se encuentra Rochefort-en-Terre, sobre una colina rodeada por el valle de Gueuzon. Con un bonito y armonioso casco histórico que mezcla arquitectura tradicional bretona y los elementos góticos y renacentistas, este pueblo es toda una obra de arte.
Este pueblo fue desarrollado en torno a un castillo y poco ha cambiado su aspecto con el paso de los años. Uno de los mayores placeres es dar un paseo por sus tranquilas y coloridas calles, o lo que es lo mismo, un paseo por el siglo XVI y XVII con varias muestras en forma de casas y tiendas. También debes visitar sus colinas y bosques, con gran magia y encanto.
Sin duda, un pueblo con encanto, que se merece un puesto en los llamados Les plus beaux villages de France y que más pronto que tarde acabará consiguiendo.