Nos encontramos en el país más extenso del mundo, Rusia. Un país precioso, con una arquitectura muy peculiar, un clima frío y una historia rica e intensa. A continuación, os mostraremos una selección de los pueblos más bonitos de Rusia. Lugares en los que disfrutar, conocer lugares diferentes y aprender más sobre la cultura de esta tierra. Un viaje perfecto para el turista, donde saciará sus necesidades turísticas y emocionales, con un viaje que le dejará totalmente satisfecho.
Sergiyev Posad: Preciosa arquitectura religiosa
Dentro del Golden Ring, un cinturón de localidades y pueblos al nordeste de Moscú, se encuentra este pueblo venido a menos, pero que mantiene la alegría y viveza de antaño. Se trata de uno de los pueblos más bonitos de Rusia, muy coqueto y que gira alrededor del monasterio de San Sergio, un lugar que para la iglesia ortodoxa rusa es sagrado.
Además, existen numerosas muestras aparte de arquitectura religiosa, que forman una psicodélica estampa, muy colorida y en la cual la catedral de la Asunción o las tumbas de los zares de la familia Godunov sobresalen por encima del resto. Este pueblo tiene un toque especial y con mucho encanto, que hace que todo aquel visitante quede enamorado del pueblo y su cultura, colorido y vida.
Sviyazhsk: Uno de los pueblos más bonitos de Rusia
En el Volga surge Sviyazhsk, un pequeño pueblo/península, un lugar maravilloso y que nunca podrá ser feo. Se trata de un enclave natural que proporciona al turista unos paisajes de bella factura, sobretodo cuando la nueve cae y tiñe de blanco todo el lugar, haciendo de este uno de los pueblos más bonitos de Rusia.
Uno de los puntos más característicos de este bonito pueblo es su monasterio. Delicado y hermoso, está regentado por monjes desde su conversión como edificio de corte religioso. A esto hay que sumarle su centro histórico, que tras sobrevivir a la creación de la reserva de agua de Kuibyshev, se ha convertido en uno de los lugares de culto de este pueblo. Además, su precioso paisaje, sus amables habitantes y su deliciosa comida, hacen de este pueblo un imprescindible en tu viaje a Rusia.
Ivángorod: Para amantes del arte
Este pueblo, que hace frontera con Estonia, cuenta con un aspecto encantador a la par que amenazante. La esencia, el encanto, el núcleo de este pueblo se encuentra en sus almenas y torres, de una gran belleza. Sus murallas son el principal monumento del pueblo y, enfrentadas a estonia, cuentan con un bonito museo en cuyos gruesos muros encontrarás grandes muestra de cultura local. Otro de los principales objetos de deseo de este pueblo, cuna del arte, son los cuadros de Ivan Bilibin y los manuscritos de Dostoievski.
Sus verdes praderas, sus cristalinos lagos, sus espectaculares vistas, sus simpáticos habitantes… Hay cientos y cientos de razones por las que acudir a uno de los pueblos más bonitos de Rusia, pero lo mejor es que las descubras por ti mismo y te quedes prendado de un pueblo con tanto magia como historia.
Rostov Veliki: Famoso por sus plazas
Este pueblo cuenta con algunos de los lugares más bonitos y especiales de toda Rusia. Por ejemplo, la plaza central de Rostov es una de las más especiales y que nada tiene que envidiar a la plaza roja de Moscú, mientras que el epicentro del Kremlin, gobernado por el campanario de la catedral de la Asunción, se erige como otro de los lugares que más visitas y alabanzas recibe cada año por parte de crítica especializada y turistas.
Este pueblo ha salido adelante gracias a la figura de Iona Sysóyevich, quien decidió que la ciudad debía ser perfecta, por lo que levantó su propio palacio, además de calles, edificios y monumentos que aportan elementos decorativos a un pueblo, que ya de por si es uno de los pueblos más bonitos de Rusia, pero que con el encanto de sus habitantes se convierte en un lugar especial para todo aquel turista que decida visitar el lugar.
Kolómenskoye
¿Estás en Moscú? ¿Quieres visitar uno de los pueblos más bonitos de Rusia? Parada obligada es este pueblo, que desde su residencia hasta su zona suburbana de zares y robles, muestra la belleza de un pueblo perfecto para hacer una escapada llena de magia.
Este pueblo es un museo gigante, donde todos y cada uno de los edificios tienen su importancia y, por ello, están debidamente protegidos. La glesia de la Ascensión es patrimonio mundial y la Iglesia de la Virgen de Kazán es otro lugar mágico e impresionante en el que perderse. Tampoco dejes pasar la oportunidad de ver el palacio de madera de Alexéi I, que conserva un estilo único en nuestro tiempo.